Es para modificar hábitos alimentarios y prevenir así futuros trastornos en la salud de los niños.

 

A través de la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud dependiente de la Secretaría de Salud, el Municipio de Río Grande inició esta semana el proyecto educativo “Consejería de la Buena Alimentación” cuya finalidad es capacitar al personal que se desempeña en los ámbitos escolares para mejorar los hábitos alimentarios de los alumnos.

Para ello, se están desarrollando talleres en las escuelas que lo soliciten, donde un equipo de profesionales de la Secretaría de Salud lleva adelante la capacitación con docentes y demás personal educativo de los establecimientos. Así, esta semana se han
realizado los primeros talleres en las escuelas N° 32 “Iyú”; N° 4 “Remolcados ARA Guaraní” y N° 43 “Héroes de Malvinas”.

Para explicar los contenidos y alcances del proyecto mencionado, la coordinadora de Prevención y Promoción de la Salud, María Teresa Sueldo, manifestó que “nuestro objetivo son los niños y lo que nos proponemos es detectar factores de riesgo en cuanto a
las posibles consecuencias de las conductas alimentarias y para eso capacitamos a las comunidad educativa mediante diferentes talleres con la intención de que se reciban de consejeros alimentarios”.

  

“Un consejero alimentario –definió- es aquel que está dispuesto a detectar en los niños riesgos nutricionales tales como la obesidad o el bajo peso que son los más comunes, y Río Grande no escapa a la media nacional, ya que tenemos un 50 por ciento de niños con obesidad o sobrepeso, aunque los niños también sufren otros tipos de trastornos alimentarios que por no conocerlos los dejamos pasar”.

Agregó, en ese sentido, que “es ahí donde tenemos que estar atentos y decirles a los docentes cuáles son algunos síntomas de posibles padecimientos que puedan afectar a los niños”. La profesional hizo hincapié en que “frente a la industrialización de la comida donde muchas empresas se enriquecieron aprovechando que cada vez hay menos tiempo para cocinar, nosotros proponemos que podamos elegir, proponemos planificar las comidas porque una alimentación saludable es posible”. Exhortó entonces a “hacer un plan alimentario puesto que no es difícil. Sólo hay que poner un poco de atención y planificar la
alimentación como se planifican tantos proyectos en una familia”.

“Muchas veces los niños –dijo- son el mejor vehículo para modificar conductas de los adultos, pero cuando se trata de cambiar conductas de los chicos, cuando se trata de que los chicos coman bien, la conducta de los padres o de quien manipula los alimentos en casa debe ser vertical”.

“Ahí los adultos deben bajar a los chicos lo que se va a comer ya que de lo contrario sólo es cuestión de tiempo enfrentarse a algún tipo de trastorno alimentario”, concluyó.